No hay hacha

No hay hacha que te abra
sol en la selva obscura...
Ni espejo que te copie sin quebrarse”

Dulce María Loynaz




Quisiera saberme inmortal

Primigenia forma sin materia

acto insolente de un destino

sin trazos previos.


Dominante hacedora de suertes

Génesis de propias quimera

despertar al alba con las manos tersas

de arrugas.


No quiero la rabia del tiempo

doblando su espalda sobre la mía

ni el hacha del verdugo en los días

royéndome los pies.


De nada valdrá lo que desee mi alma.


¡la selva de pisos se funde

y el sol no llega al pecho

que llora de impotencia

y resignación!

Hacia abajo





Hacia abajo
la mirada se despeña incierta,
no hay soles que alumbren
ni lunas que paseen,
hasta las estrellas apretujan
magnitudes
-escapándose del hastío.

Y vamos
escarbando pesares,
reflejando sonrisas ajenas,
protegiéndonos de la luz
que desgrana la realidad.

Y otros
cohabitan risas,
imaginan ser centro y esquina
de un mimético mundo.

Hacia abajo
no duele el hoy

el cielo sigue siendo azul.




**foto de Eva Lewitus
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