Gente que trabaja



Van en manada conglomerando rutinas,
hábitos y costumbres.
Ataviados de normas convencionales,
dispuestos a dejar de ser ellos
para ser una unidad.
Miradas iguales presas del tiempo,
presionados por la cruel arena
que los empuja con prisa.
Qué pensarán mientras caminan.
Dónde mudarán transitoriamente sus sueños,
Cuántos secretos guardarán para después.

Los observo. Son tantos y yo soy parte de ellos
pero hoy no.
Hoy los observo.
Mañana no pensaré más lo que hoy pienso.
Seré uno más de esa pluralidad unida
al que alguien observará de lejos
como hoy lo hago yo.

Gárgola




Grotescamente custodio el onírico recinto
que subyace bajo mis garras.
Mueca pétrea desafía los embates malignos que sitian
dantescamente mis dominios.
Corazón de Gárgola palpita bajo la dermis que se
rehúsa a exiliar la esperanza
y el libre albedrío.
Roca impura, quebradiza, calcificación
sin consistencia, negada a perecer.


Brazos agrios combatiendo la violación
de los sentidos,
inmolada condición humana bajo seudo mármol
destinada a la génesis del terror-defensa.


Batalla perdida… antes de luchar.

Hiedra Trepadora



Te arrancaré de mí en jirones de alma
Vaciando el humor que circula en mis venas,
Transfundiendo la hiel de la infesta sangre
Que parasitando me encadena a ti.

Como venenosa hiedra trepaste en mi cuerpo
Echando raíces al pecho adheriste,
Neurálgico punto: calaste muy hondo,
cual zombi viviente tus pasos seguí.

En satánico rito la mente alienaste
Sesgada sin rumbo, sin norte - sin sur
Quebrando el destino vestí gris tristeza
Maquillando la mueca de inocencia feliz.

De agua bendita rociaré mi cuerpo: el tuyo
Para exorcizarlo de tu voluntad,
Flagelaré el huésped que succiona la esencia
la misma que un día muté para ti.

Se me desprende el alma


Se me desprende el alma
alargándose en un grito
rebelde frente al destino
que no acepta sacrificios…

y no hay trueque ni obsequio
con que engañar a la vida
todo cobra, todo pide,
siempre gana la partida.


Se me desprende el alma
bañándose en amargura,
y muestra con dolor seco
las heridas infringidas
en los días…
en los sueños…
en las horas ya vencidas.


Se me desprende el alma
y no consigo seguirla…

Y te fuiste...

Y te fuiste.
Mi mirada te siguió preguntándose el por qué del abandono,
el por qué del exilio que emprendías sin motivo aparente,
el por qué del arrojo al vacio sin el paracaidas que mi amor
era para ti.

Y me detuvieron.
Mis pasos seguirte quisieron y hasta pensé que lo había logrado
pero el hado, el destino malvado, el cielo o el infierno
me devolvieron a este vacío cuarto,
a este laberinto sin salida que espejado se rie de mi sufrir.

Y enloquecí.
Intentando entender el por qué y el cómo,
preguntándome qué rutas tomar para alcanzar tu viaje,
qué excusas herejes vaciar en la bilis del ateo reproche,
dónde derramar la sangre que brota cual maná de mis ojos.

Y entendí.
Que existe un motivo que no puedo comprender aún
designio celestial que torturante me obliga a existir...sin ti,
Que todo camino, sendero o atajo, me lleva al mismo fin.
Que aún no es mi tiempo: que debo esperar
pues este lapso me hará saber la realidad de tu importancia,
y la valía de mi alma.

Y que cuando culmine todo: te buscaré sin prisa, con calma
pues al cerrar mis ojos al blanco día no daré un paso siquiera
pues tú me izaras en tus alas por la eternidad.

Poco a Poco



Poco a poco me despojo
de las investiduras
que encierran mi alma,
como una flor pierde sus pétalos
cuando su tiempo se acaba.

Poco a poco voy sintiendo
que se extingue la poesía,
que va muriendo la risa,
que ya no existen las cosas
que antes me hacían feliz.

Poco a poco el horizonte
me parece mas cercano,
y veo la copa vacía
cuando la tengo en mis manos
y noto que nada sorprende
mi amanecer cotidiano.

Poco a poco me suicido
Ahogándome en mares lejanos
y renazco sin desearlo
al instante de la muerte,
y cargo con nuevas cruces
la espalda de mi existencia
y me niego y me debato
por volver a la inconsciencia,
por desandar el camino
por olvidar la memoria
por no volver a nacer.

Bórrame

Bórrame de tu vida…
pues en ella ya no habito;
mi morada he de hacerla
lejos de ti… en otro sitio.

Prefiero la nomadía
que desdibuje mi efigie
a saberme sedentaria
de un pasado…
que no existe.
Bórrame de un solo trazo…
sin tapujos ni prejuicios;
de qué vale lo que siento
si tus manos
no me buscan
no me quieren
no me llaman.

Y de a poco agonizo…
estremecida en un grito;
El silencio me acompaña…
Y ya ves…
siento este frío
que se me adentra
me cala
me hace suya
y me desangra.

Bórrame te lo ruego
la vida es demasiado larga
para cargar con el olvido…
Y demasiado breve
para doblegar este sino.

Bórrame de tu vida…
pues en ella ya no habito;
mi morada he de hacerla
lejos de ti…
en otro sitio.
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