Ser Otro



Embriagarme de olvido
que el presente sea sueño sin memoria
que no vea las arrugas con que el tiempo
decoró mi piel
ni descubra los errores en los que mis pies
sepultaron objetivos.


Disfrazarme de futuro
en Halloween eterno despertar al día
sentirme nova
búsqueda primera
saberme llena de ansias de sembrar.

Untarme de mentiras
Pierrot-alegre danzar al alba
orlar el alma de risas momentáneas
ser ave migratoria
y volar.

Confundirme entre la niebla

para no ser yo

para ser otro

/al que no suicidar.

No caer

"la azucena perdió el candor
y se afirma en el "no" que la sublima"
Elisabet Cincotta



Vírgen de penas me halló tu huella.

Como Atila no quedó vida tras tus pasos,
se desprendió el corazón e intentó seguirte
retornando agónico al vacío establo.

Sublimada queja, fui risa entre cientos
refucilo en el gris espejo
canción de cuna-campanilla al viento.

Abierta al cielo enraicé el dolor
coroné de soles los labios
vestí primaveras
bebí alegrías
pinté estrellas

/y logré llorar.

Río de Cruces

Eres el que sublevó al grito
y quebró lo fugaz de los instantes
Diana Poblet




Eres tú la daga silenciosa
que tajea la masa informe
/robada de mi pecho.

Eres agua de luna y besos
el salitre y la herida danzando
/ vértigo que equilibra.

Quién cosió de cruces
/la piel que ya no era mía...

Quién fluyó a borbotones
dobló el brazo a la rutina.

El que tornó eterno el instante
el que supo a mar, a canela, a fuego.

El agridulce amante.

No importa II

"Será que los años colaboran
en la rutina o la rutina se atiborró de años"
Beatriz Martinelli



No sé cuándo fue

que el cristal mostró sus ajadas orillas,

que el día estiró su día

para llenarnos de noches de ausencia.


No importa si pudo más

el hábito del gesto pétreo,

la mueca insolente de la indiferencia

desafiando la palabra jamás dicha.


Ni siquiera interesa cuándo

en humo tornó el deseo,

y voló insomne el amor

hacia otro cielo, exiliado.

Que no me encuentre quieta



Que la muerte no me encuentre quieta
que me sorprenda en un giro,
en una esquina,


Ser remolino –tornado o polvo que vuela-
no caer de bruces al piso buscando un botón
con que prender el interés de mis días
al pecho.

Que no me encuentre pegada al suelo
enraizada médula de cara al sol,


Ser perseguida sin yo saberlo
brazos al viento, agitar el alma
hasta volverla parte del éter.

Que no me halle la vista fija
en algún punto de un horizonte sin alcanzar,


Ser dinamismo puro y esquivo
mente abierta vacía de prejuicios
negra perla en algún fondo marino.

Que me halle así , de pronto,


como en un descuido.

Avanzar

“Al borde de la huella de las lágrimas
aprende a vivir”
Paul Celan





Sobre ruinas reconstruyo los días
abrazando la oscura luz que depara
el destino-suerte,
ladrillos de esperanza van formando
las paredes
cimentados por la fe que pugna por
salir del coma profundo.
Los pasos nacen y mueren
sin conocer el camino
[ y agonizan en la vera


Guardo el ahora y el porqué
en los bolsillos del alma
sin memoria
/y los olvido.

Consciente del abismo
que aguarda mis tropiezos
avanzo
bordeando sus orillas.

Adiós



Adiós
sólo una palabra que cierra heridas
/no las cicatriza,
que libera el alma
de recuerdos sin memoria
y promete todo
sin dar nada a cambio.



Adiós
desprendido de los labios
que juraron nunca decirlo,
antifaz de un carnaval
en el que las fantasías agonizan
/sin remedio.


¡Hoy lo grito!
descarnando el pecho en el gris abrazo
del que era mi cuerpo: el tuyo,
en el crudo intento de empezar de nuevo
ya sin fuerzas,
en el vago impulso
de atravesar el abismo
/sin caer.



¡Adiós!
que se lleve el viento la palabra

/y el dolor...

Imperfección

“El no ser perfecta, me hiere”,
Sylvia Plath



Se Fuga el alma en mares de gritos
rojos ríos huyen del verdugo cuerpo.

El horror de lo finito es eterno,
se cuela entre las carnes
infectando todo a su paso.

Desintegrada la onírica muralla
cae.
Cada golpe engendra miles.

Las brujas del destino horadan
aquel bosque de infancia,
el idílico Eliseo se destruye,
parcas, ajadas, deshechas, idas
acobardan sus plumajes.

La lanza de la realidad me atraviesa:
nunca he sido lo debido, ni lo querido.

La perfección ha volado en las alas
del imposible.
Y yo aquí... impotente,
imprecisa,
débil,
no puedo seguirla.

La Sombra

“La altura de la sombra”
Fernando Pessoa





Crecida, sobrepasó la frontera de mis sueños,
extendió sus garras aligerando el peso
que la gravedad de mis días cargaba
/a sus espaldas.

Aumento límites y dominios,
poseyó terrenos que mis ojos no alcanzaban
/ ni mi mente podía imaginar.

Lavó su culpa en bautismo de ignorancia,
vistió de harapos la frente
renegando de su origen
/y función.

Como tsunami desbordó mis orillas
en la lejanía de su fuerza
/ y su conquista.

Marchó sobre mis pasos,
fui menos , mucho menos
/que mi propia sombra.

Te conozco


El manto de la noche no evita que te vea,
que te sepa de memoria,
que saboree cada partícula que te forma
y contiene.
Tampoco basta el sol para enceguecer la mirada
de quién te conoce más que a su mismidad.

Aún ausente de sentidos
fusiono tu imagen,
huelo el aroma que desprendes,
la suavidad que cohabita
en mis labios.

Conozco cada pliegue de tu cuerpo
los poros que abiertos al deseo
se amalgaman a los míos,
tus contornos, tus desvíos,
la orilla de esos labios
en perfecta comunión,
tus mejillas encendidas,
el gesto atrevido que imprimes
a tus cejas.

En pinceladas retrato los secretos
de la pétrea estampa que corona
tus abismos,
tus infiernos y tus paraísos,
miles de detalles transmitidos
en lenguas de fuego
que durmiendo plácidas
me consumen, me inquietan
me condenan al delicioso placer
de ser
el mapa que te describe.

Hay días


Hay días
que la vida es el reflejo de un huida
que atraviesa la pupila con la velocidad de un rayo
y se pierde sin darnos tiempo a saborear nada,
que el silencio pesa tanto
y el pecho se vuelve plomo
en una alquimia cruel,
que todo se hace imposible
hasta el acto más mundano nos parece
absurdo de lograr,
que los recuerdos cobran vida
y hostigan la conciencia burlándose
de lo que somos y deseamos ser,
que no alcanzan las palabras
para comprendernos
y sobran los sentidos
para palpar la tristeza en el pecho,
que el tiempo se detiene en goteo infinito
y el amargo se cuela entre los dientes
sin pedir permiso.


Hay días
que no son días,
sino sombras de los pasos que damos

/y que no dejan huellas.

Malezas

Semillas no habrá
que de mí germinen
híbrido artesano
del propio destino
construyo mis horas
(y las sepulto en camposanto).


Al dar de las ánimas
convertidas en espectros
volverán a morir
las prematuras esperanzas
(en inútil ambición).

Sin Sueños



Convenció a la vida que nada era por siempre
a su alma confesó que la suerte le era esquiva
que un dado mal lanzado provocaba el quiebre
que los milagros eran puras utopías.

Se vistió de luto y de sueños sin futuro
emprendió el camino que arreico fenecía
olvidó recuerdos, sentimientos e ilusiones
sembró el pecho de gruesas espinas.

Suspendió la mente de un hilo delgado
en amnesia infinita clausuró las puertas
enclaustró su cuerpo en cofre sin llaves
y cerró los ojos para no estar despierta.

Caravaggio


Tormenta en tu alma, calma en tus manos,
Frenesí indomable vistió tu cuerpo.

Oscuros días recibió el lienzo
mezclándose en el pecaminoso éter
de las cosas prohibidas –y deseadas.

En rojos festines tornó Eros al trono
de blanca paloma disfrazó la miseria,
ungió la podredumbre en fragante aroma
y trastocó la furia en placer y venganza.

Pares y nones viviendo en tu pecho
asomaron a la tela del destino ,
rebelados tras la verdad de la máscara
impusieron su estampa
y tu inmortalidad.

Tormenta en tu alma, calma en tus manos,
Frenesí indomable vistió tu cuerpo.

A Ingrid


Le brotaba el dolor por los poros
toda ella era una llaga viva
seis eternos años habían apresado sus sueños
y carcomido su existencia.

Negros cabellos convertidos en mortaja
coronaban los despojos de la mujer que había sido,
Huracán convertido en brisa,
orgullo femenino reducido a la mínima expresión
de supervivencia,
liderazgo sometido a la humillación
de quién todo ruega
para continuar un día más...

Las cadenas de la selva
lastimaban mucho más su alma
que su carne,
en tanto su suerte se jugaba
en escritorios de burocrático ritual
a la espera de la conquista feudal
que la liberase-encarcelase
de los fantasmas propios y ajenos.



Analepsia



Manos que se aferran a una imagen trunca
que la memoria diluyo hace tanto,
cuencos vacíos que te buscan en la neblina
del recuerdo olvidado,
sentidos que aún persiguen las improntas
de tus pasos.

Y aquí sigo...
en analepsia infinita,
entre el infierno y el cielo.
Me levanto, caigo y me levanto otra vez.

A sorbos bebo tu nombre y lo escupo
en pestilente adiós
para volver a absorberlo,
te palpo y te alejo
agotada de ti.

Y comienzo o recomienzo
el ciclo
y en cada vuelta juro no caer
en la abstinencia,
salir de esta convalecencia
en cada repetición

pero llegado el momento
fluyes como droga en mis venas
y pide la mente
analepsia de ti.



(*) convalecencia

Hueca sombra


Desperdiciar la vida en actos repetidos
como si el ahora y el después se exiliaran del ayer,
prolongar la agonía del deseo esperanzado
sabiendo de antemano la frustración en que caerá.
Cada paso dado, cada escena del tiempo que se nos presta
semeja un calco, una sombra de lo que otros vivieron
sin embargo ¿Por qué será, entonces, que se siente
el novísimo efecto del ser original?
y no copia de otro que nos sueña/y roba nuestros actos.

Cada palabra emitida lo ha sido ya,
el aire inspirado: que otros inspirarán,
el abrazo cierto, la experiencia del amor,
el duelo ante la muerte, la guerra, la angustia.

Hueca sombra de lo ya hecho:
nuestros actos se rebelan al destino,
se yerguen enhiestos, decididos
a ser estreno de toda acción.

Y los dejamos,
los liberamos-impulsamos a la vorágine de los días
que faltan por estrenar/re-usar
sin volver la mirada como Lot:
tal vez así, no se conviertan en sal.

Masada



Provocación para el orgullo imperial
fueron tus murallas: Masada,
fortaleza de heroicos zelotes
en batalla contra la loba hambrienta.

Escarpados montes de Judea
abrigaron tu existencia sobre Herodes,
fuiste inmensa, diáfana, soberana,
testimonio de la fe que te colmaba.

Tres años embistieron tus cimientos
diez mil sicarios en sicalíptica tarea
ayudados por los Judas de la historia
no mellaron ni una de tus orillas.

Los arietes pululando en la meseta
-presagio de una triste adversidad-
mil almas en victoriosa resistencia
liberándose de la esclavitud.

Jamás caíste arrodillada ante el verdugo
abrazaste la muerte de la carne, no del alma,
en cruel sorteo elegiste el instrumento
y no tembló tu mano en la tarea.

Preferiste la piedad de los propios brazos
a la impiedad de los brazos enemigos,
en monumento funerario construido
como ofrenda a los paganos por llegar.

Ya es tarde


No me preguntes el por qué
¿acaso cambiaríamos algo?
Sé que es tarde, sé que no se puede
retomar la vida y volverla a recrear,
no hay segundas oportunidades
no existe ensayo y error.

Llegaste, es verdad...
quizás debiera valer eso más que todo lo demás
pero no se puede disfrazar el destino
con la máscara de la conveniencia.
Ya nada importa,
sólo la conciencia
nos juega la mala pasada de sabernos
cuerdos y dispuestos a sufrir.
Un poco de locura: sería tan distinto todo,
tal vez podríamos reconocernos en
el estanque de los sueños sin vivir
en los frustrados rieles del paso del tiempo
en el misterio cierto del fatal desenlace.

La noche ha caído...
la mañana ha muerto y aún es tarde.
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