
sólo una palabra que cierra heridas
/no las cicatriza,
que libera el alma
de recuerdos sin memoria
y promete todo
sin dar nada a cambio.
Adiós
desprendido de los labios
que juraron nunca decirlo,
antifaz de un carnaval
en el que las fantasías agonizan
/sin remedio.
¡Hoy lo grito!
descarnando el pecho en el gris abrazo
del que era mi cuerpo: el tuyo,
en el crudo intento de empezar de nuevo
ya sin fuerzas,
en el vago impulso
de atravesar el abismo
/sin caer.
¡Adiós!
que se lleve el viento la palabra
/y el dolor...