La Sombra

“La altura de la sombra”
Fernando Pessoa





Crecida, sobrepasó la frontera de mis sueños,
extendió sus garras aligerando el peso
que la gravedad de mis días cargaba
/a sus espaldas.

Aumento límites y dominios,
poseyó terrenos que mis ojos no alcanzaban
/ ni mi mente podía imaginar.

Lavó su culpa en bautismo de ignorancia,
vistió de harapos la frente
renegando de su origen
/y función.

Como tsunami desbordó mis orillas
en la lejanía de su fuerza
/ y su conquista.

Marchó sobre mis pasos,
fui menos , mucho menos
/que mi propia sombra.

Te conozco


El manto de la noche no evita que te vea,
que te sepa de memoria,
que saboree cada partícula que te forma
y contiene.
Tampoco basta el sol para enceguecer la mirada
de quién te conoce más que a su mismidad.

Aún ausente de sentidos
fusiono tu imagen,
huelo el aroma que desprendes,
la suavidad que cohabita
en mis labios.

Conozco cada pliegue de tu cuerpo
los poros que abiertos al deseo
se amalgaman a los míos,
tus contornos, tus desvíos,
la orilla de esos labios
en perfecta comunión,
tus mejillas encendidas,
el gesto atrevido que imprimes
a tus cejas.

En pinceladas retrato los secretos
de la pétrea estampa que corona
tus abismos,
tus infiernos y tus paraísos,
miles de detalles transmitidos
en lenguas de fuego
que durmiendo plácidas
me consumen, me inquietan
me condenan al delicioso placer
de ser
el mapa que te describe.

Hay días


Hay días
que la vida es el reflejo de un huida
que atraviesa la pupila con la velocidad de un rayo
y se pierde sin darnos tiempo a saborear nada,
que el silencio pesa tanto
y el pecho se vuelve plomo
en una alquimia cruel,
que todo se hace imposible
hasta el acto más mundano nos parece
absurdo de lograr,
que los recuerdos cobran vida
y hostigan la conciencia burlándose
de lo que somos y deseamos ser,
que no alcanzan las palabras
para comprendernos
y sobran los sentidos
para palpar la tristeza en el pecho,
que el tiempo se detiene en goteo infinito
y el amargo se cuela entre los dientes
sin pedir permiso.


Hay días
que no son días,
sino sombras de los pasos que damos

/y que no dejan huellas.

Malezas

Semillas no habrá
que de mí germinen
híbrido artesano
del propio destino
construyo mis horas
(y las sepulto en camposanto).


Al dar de las ánimas
convertidas en espectros
volverán a morir
las prematuras esperanzas
(en inútil ambición).
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